05 / 8 / 12

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Mis primeros días en Venezuela

Después de dos aviones: Málaga – Roma, Roma – Caracas, una noche en Roma y un total de 13 horas de avión, al fin llegamos a Venezuela… Un largo viaje, con parada en el Hotel Hilton inlcuido (que nunca habíamos estado en esa cadena) y la verdad que el del aeropuerto de Roma está muy bien… Ya podía decir que estábamos en el famoso aeropuerto de Maiquetía.

Nos recogieron a Víctor y a mi su tía y su madre, y mi primera impresión al ver la ciudad desde el coche fue: caos. Si ya me asustaba cómo conducían en Roma, ya ni os cuenta cómo conducen aquí… no hay ley para nada, y la verdad, que a veces pienso que en España son muy estrictos, pero es que si no lo fueran, madre mía… qué de gente debe de morir aquí.

Una vez en camino, Víctor se sorprendía de ver las montañas llenas de casas, a lo que aquí llaman Ranchos invadidos, o sea, gente que se hace casas sin ton ni son en mitad de la montaña, invaden y construyen… se ve que es lo que permite Chávez, y yo la verdad que no logro entenderlo, porque se puede ayudar al pueblo, pero de esa manera, cuando llueva, un incendio o haya una catástrofe, se va a lamentar todo el mundo.

Una vez de camino la tía de Víctor decidió llevarnos por el centro y ver un poco la ciudad, según nos cuentan, no solo invaden montañas, también edificios vacíos, y todo lo que puedan o que el gobierno expropia… eso ha llevado a una ciudad que se va con miedo, digo miedo, porque todo el mundo va con las lunas tintadas del coche, y no hablo solamente de las ventanas, sino también las delanteras, para que por «seguridad» no se te vea y no te atraquen… Además de casi todas las casas llenas de alambrados con pinchos y cables eléctricos.

Viendo la parte negativa, me dije, no puedo ver solamente esto de este país, tengo que ver lo bueno… Y aquí entran numerosas cosas, entre ellas la comida (me estoy hinchando a arepas jaja), las edificaciones que son impresionantes, la gente de aquí y por supuesto, la familia de Víctor, que el mismo sábado que llegamos nos recibieron todos en casa y estuvimos hasta la noche juntos hablando y conociéndonos.

Al día siguientes fuimos a un pueblo de aquí, Paracotos, nos esperaban el primo de Víctor, porque era el cumpleaños de una de sus hijas, Fayruzza, una casita humilde, en mitad del campo, cuyas vistas ya podéis comprobar en las fotos que eran impresionantes. Al día siguiente lunes y martes, tocaba el turno de ver al padre de Víctor, que también se llama Víctor, y estuvimos comiendo en dos sitios geniales: uno en el Pizza´s house, cuya cocina italiana era esquisita, y luego en el Steak house en un centro comercial de aquí que se llama San Ignacio.

Fotos de todo esto tengo pocas, os imaginaréis que no es nada seguro llevar una cámara contigo, y más con las pintas de guiri que tengo… así que os pongo las pocas que tengo y escribiré para el siguiente post, porque al miércoles siguientes nos fuimos 3 días a Los Roques, donde he pasado unos de los mejores días de mi vida y de ahí sí que tengo fotos jeje

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