El pasado fin de semana del 23 de Marzo decidí darle a Víctor una sorpresa, se acercaba nuestro 2º año «aguantándonos juntos», por lo que decidí pillar una oferta que vi en Voyage Privé (para quienes no lo conozcáis, es una página de ofertas de viajes y de hoteles de lujo a muy muy buen precio). Total, que elegí el hotel EME Catedral de Sevilla, que ya tuve la oportunidad de estar una vez por el trabajo de mi madre, y siempre me dije que volvería, y qué mejor ocasión que esta.
Para que os hagáis a la idea, estuvimos en un hotel frente a la Catedral y la Giralda, en pleno centro, súper moderno, con una terraza que miraba a la giralda, en el que los trabajadores del hotel te tratan estupendamente y tienen un servicio genial, y encima nos tocó una habitación súper, lado de la terraza y con Jacuzzi exterior.
Nuestro plan era disfrutar de ese hotel y visitar lo que teníamos por alrededor pero sin estrés. Así que el primer día que llegamos, el Viernes por la noche, decidimos ir de tapas a un bar típico de allí, que le llaman «Las columnas». Al día siguiente tocó visita por la Catedral de Sevilla y subir la Giralda (lo reconozco, siendo historiadora, nunca lo había pisado). Tras la visita, no sabíamos donde comer, y parados frente a la puerta del hotel, el chico de la puerta nos recomendó ir a uno de los restaurantes que tienen, el italiano que se llama «Ostia Antica», que tengo que decir, espectacular la pasta de ahí. He estado este verano en Roma, y nada que envidiar a la pasta que comimos en el restaurante, fresca fresca.
A la tarde tocó el Spa, y a la noche no sabíamos donde ir, nos arreglamos para la ocasión pero sin saber dónde ir, por lo que el chico de la puerta del hotel, súper majo, nos recomendó ir a la Bulla, un restaurante muy diferente y de cocina moderna y bastante asequible, para mi fue un acierto totalmente, nos encantó a los dos. Ya después de la cena tocó visitar la terraza del EME y disfrutar allí de unos mojitos, que encima también nos invitaron a una ronda.
Al día siguiente, ya para finalizar, tocó visitar los Reales Alcázares, que quedé sorprendida de lo precioso que son y finalmente, despedir a la gente del hotel que se portaron de maravilla, incluso nos compramos el cd del hotel, porque nos encantaba la música que sonaba en él jejeje.
Ya finalmente a la vuelta descansar, optamos por el tren, ya que el hotel está en el centro y echando cálculos salía más barato ir en tren que en coche y luego tener el coche pagando parking. Para mi fue un finde espectacular, y que como le dije a la recepcionista, seguro que a los dos nos ven de nuevo por allí, nos encantó, y pocas veces te tratan tan bien en un hotel .
Ya os dejo aquí unas fotos de todo lo que os he comentado.
Guau…. Muy chulo el sitio parejita!!!
¡Mola mucho el post Rosa!